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Providencia

Foilsithe: 09.03.2020

Cuando se trató de planificar un viaje a Colombia desde Brasil, decidimos hacer una parada en San Andrés y Providencia al sentir la primera verdadera necesidad de viajar. Ambas islas pertenecen políticamente a Colombia, pero geográficamente están más cerca de Nicaragua.
Volamos desde Medellín a San Andrés. Allí pasamos tres noches y nos sorprendió lo turístico que era el lugar. Sin embargo, gracias a un consejo, encontramos una hermosa playa fuera de lo común que no estaba llena de gente.
El 1 de marzo volamos junto a 18 personas más en un avión de hélice hacia Providencia por una semana.
Desde la ventana del avión, solo pudimos intuir la belleza que se escondía detrás: agua azul cristalina y colinas verdes y exuberantes.
Durante ese tiempo, nos consentimos con un hotel justo en la playa con vista al atardecer y alquilamos una moto.

Nos dimos cuenta rápidamente de que habíamos llegado a un pequeño paraíso en medio del Caribe, donde aún no hay mucho turismo, y esto aceleró nuestro pulso.
La isla no es muy grande y tiene 7000 habitantes. Después de solo 17 km, ya estás de vuelta en el mismo punto de la isla, habiéndola recorrido una vez.

Pasamos la semana en Providencia descubriendo la vida insular, disfrutando del sol, el agua y las playas, y haciendo algunas excursiones.

Un día caminamos por la isla vecina Santa Catalina, que se conecta con un puente de madera denominado “the lovers lane”. Allí vimos el Cabeza de Morgan, una formación rocosa del Capitán Morgan, quien fue pirata en Providencia. En Santa Catalina también pudimos hacer esnórquel, ya que la costa era un poco más rocosa y el agua estaba cristalina.

Sin embargo, un verdadero punto culminante fue sin duda Crab Cay. Alquilamos un kayak por un día y remamos hacia esta isla. Con cada golpe de remo, el agua se volvía más clara y azul. En la isla nos enteramos de que se trata del tercer arrecife más grande del mundo con 32 km de longitud. Así que no solo tuvimos una vista increíble desde el punto más alto, sino que también disfrutamos de aguas transparentes y azules para nadar y hacer esnórquel. Qué experiencia tan asombrosa, que una vez más nos hizo reflexionar sobre lo única que puede ser la naturaleza.

Silvio también se dio el gusto de descubrir el mundo submarino al bucear y ahora tiene un tiburón más en su círculo de amigos.
Durante este tiempo, Carla ascendió al punto más alto de la isla - the Peak a 360 m.

Dejamos Providencia con una enorme sonrisa en el rostro y aún con arena entre los dedos de los pies. Maravillosamente felices de haber visitado esta isla, y dejaremos un pequeño pedazo de nuestro corazón en este lugar de ensueño que nunca olvidaremos.

Freagra (1)

Ute
In Gedanken reise ich immer mit euch mit:D

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