Foilsithe: 23.08.2019
Me sorprendí a mí mismo pero el lunes, después de 3 horas de sueño, logré levantarme relativamente bien y subí el Monte Batur. Normalmente no se puede subir sin guía, pero para eso me parecía demasiado caro que alguien me acompañara, así que simplemente me uní discretamente a un grupo y finalmente subí solo. La caminata en sí no fue tan emocionante porque allí suben 2000 personas y uno avanza extremadamente lento en una fila. Quizás no habría estado mal haber consultado el parte meteorológico antes, porque ese día estaba extremadamente nublado y lamentablemente casi no vi el amanecer, pero estar solo a esa hora en un volcán en Bali era realmente genial.
Como no tenía idea de cómo era el camino de subida porque estaba oscuro, bajé por un camino equivocado - creo que esa es la razón por la cual uno debería tener un guía :D Pero después de una pequeña caminata extra hacia mi scooter, logré regresar bien a casa.
El martes por la mañana nacieron otros 37 bebés tortuga :)
El martes por la noche todos fuimos a un bar de reggae, porque un empleado de nuestro programa tuvo una actuación allí, pero no nos quedamos mucho porque el miércoles comenzamos a trabajar a las 6, ya que teníamos que transportar muchas esculturas de la playa al mar. Llevar una escultura de 100 kg en un bastón de bambú sobre el hombro unas 20 veces no es una tarea fácil, todavía me duele el hombro este viernes.
El jueves fuimos a bucear por primera vez. Con unas 15 personas nos sumergimos y apilamos las nuevas esculturas sobre las viejas, fue realmente emocionante ver cómo ya crecen corales sobre las viejas esculturas y cuántos peces ya viven allí. Eso te muestra que el trabajo que hacemos funciona.
El jueves por la noche hice mi primera inmersión nocturna y creo que fue lo más genial que he hecho jamás. Solo con una linterna empezamos a entrar en el mar oscurísimo. El mundo submarino es impresionante de por sí, pero de noche es algo completamente diferente, otras criaturas se atreven a salir de sus escondites. Ni bien entramos, ya estaba nadando con un tiburón. No era un tiburón blanco, pero sí un tiburón de arrecife de aproximadamente 1,5 m que se acercó a 1-2 m de distancia. Diría que mi factor de genialidad ha aumentado el doble ahora que puedo decir que nadé con un tiburón :D Otros momentos destacados de la inmersión fueron: enormes cangrejos y caracoles en todas las formas y colores, una langosta, una gigantesca tortuga marina, serpientes de agua y, por último, un pulpo :)
Escribo esta publicación desde el avión. Ahora mismo estoy volando con una amiga de Austria a las Islas Komodo para bucear y espero que también nos crucemos con algún dragón de Komodo.