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Etiqueta 15

Foilsithe: 02.02.2022

31.01.2022

Hoy es lunes, pero para nosotros no empieza el trabajo. En general, ya habríamos aparecido después de la pausa, pero debido al problema con el neumático y otras circunstancias, como que estamos muy cansados y no hemos preparado clases, decidimos omitir el día escolar. El terreno del concierto de ayer está hoy cubierto de bolsas de plástico, botellas de plástico y demás basura. Parece que a nadie le molesta y nadie parece querer limpiarlo. El agujero en el neumático es reparado con una especie de aguja de coser sobredimensionada que se introduce a través del agujero, y en su ojal se enhebra un hilo de goma. El neumático aguanta y hacemos una gran cantidad de compras para la escuela. Justo cuando me siento cansado, siento las miradas constantes y evaluadoras de todos los que pasamos, y la palabra 'Muzungu' comienza a adquirir un sabor amargo, debido a la forma en que se dice, se susurra o se grita. Es una especie de recordatorio constante de lo diferente, lo que refuerza aún más la extranjería de este lugar.

Las escenas de esta noche también encajan bien en este estado de ánimo. Estamos invitados a la casa de una familia de agricultores que se especializa en pollos locales, los cría y vende. Antes de visitarlos, compramos dos panes y 1.5 kilogramos de azúcar como regalos. En la pequeña casa con el establo en un enorme terreno, todos los manteles encontrados en el hogar están esparcidos sobre los muebles. El padre nos da la bienvenida, mientras la madre aparece brevemente y luego regresa al fuego, donde ya se está preparando la cena. El padre muestra con orgullo su tierra, donde se puede encontrar una increíble diversidad de plantas comestibles y las muchas herramientas que él mismo ha desarrollado para facilitar su vida. Regina explica lo triste que es que él haya abandonado su carrera académica en la escuela primaria, ya que es tan inteligente y creativo que hoy sin duda podría ser ingeniero, si no hubiera sido seducido por el dinero rápido. Nos sientan en cómodas sillas en el jardín, mientras la familia, que ya se ha vestido de domingo, se sienta en una estera en el suelo. También han aparecido los vecinos y una anciana en traje tradicional que nos observan con curiosidad. Nos sirven las mejores partes del pollo, papas fritas, verduras al vapor y tortilla. La familia y amigos comen lo que queda. La madre quiere tomar fotos con nosotros para enviárselas a su hermana y así mostrar que ahora pertenece a una clase más alta porque ha tenido a blancos en su casa...

Al final, nos vamos con más de lo que vinimos, ya que debemos llevarnos dos racimos de plátanos, cocos, cacahuetes, frijoles, miel y aguacates, todo de su propio jardín. Nos agradecen decenas de veces por haber venido y nos hacen prometer que regresaremos si alguna vez volvemos a Uganda. La sensación con la que dejo a la familia es de naturaleza mixta. Por un lado, me conmueve que estén dispuestos a dar todo de lo poco que tienen. Por otro lado, me siento casi avergonzado de que mi simple privilegio de nacimiento me traiga un trato así y que me agradezcan solo por existir.

Freagra

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