Foilsithe: 23.01.2019
El fin de semana pasado lo pasé con Julie y su última familia anfitriona en la hermosa y pequeña ciudad de Kinsale.
(Advertencia pequeña: ¡Muchas fotos!)
El viaje al sur de Irlanda me costó unas 5 horas con 3 autobuses y un taxi, pero valió la pena. Kinsale es una ciudad portuaria y se encuentra en la costa del Mar Céltico, tiene solo alrededor de 5000 habitantes y probablemente sea la ciudad más colorida y 'irlandesa' que he visto hasta ahora. Disfruté mucho mi tiempo allí, ya que fue simplemente agradable ver una pequeña y acogedora ciudad rodeada de naturaleza hermosa y, sobre todo, fácilmente accesible, algo que no es tan común en Dublín y Galway.
Después de llegar, Julie me mostró el puerto y fuimos directo a James Fort (las ruinas de una fortaleza de 1601).
Luego fuimos a un café muy acogedor: 'The Poets Corner', donde también se vendían libros usados de manera muy apropiada a bajo precio, o se podía intercambiar un libro por dos que llevaras - ¡un gran concepto en mi opinión!
Por la noche, Julie fue a recogerme su madre anfitriona, ya que su casa está un poco fuera de la ciudad - en realidad, en medio de la naturaleza. La familia de 4 personas me recibió de manera muy amable y cálida, y el padre cocinó tres tipos diferentes de curry para la cena. Más tarde había panqueques, después de que nos dejáramos convencer por los niños para saltar con ellos en el trampolín (¡una mala idea después de comer!) :).
¡El clima del domingo no podría haber sido más perfecto! Cielo azul y sol... ¡una rareza en Irlanda, sobre todo en enero! Se sintió como primavera, ya que los pájaros también cantaban muy fuerte ;). Queríamos salir a caminar un poco, pero Brendan (el padre anfitrion de Julie) solo nos dejó salir bajo la condición de que lleváramos chalecos reflectantes... Los autos iban a al menos 70 km/h en las estrechas carreteras, incluso si podría haber tráfico que, debido a las calles angostas, realmente no tendría espacio... Sí, a veces es estresante estar en un coche con irlandeses.
Después, Julie me mostró Kinsale, que como mencioné es una ciudad muy bonita y aún no tan turística (excepto por una asiática que constantemente se cruzaba en nuestro camino, siempre buscando la mejor luz con su palo para selfies).