Nuestro camino nos lleva kilómetros a través de bosques de pinos y matorrales florecientes hacia Castets, donde nos abastecemos para el fin de semana. Continuamos a través de los Pirineos y nos recuerda a los Alpes. Después de un total de 550 km y de cruzar la frontera a España, llegamos a Cubillas de Santa Marta, un camping bastante desolado directamente en la autopista. No hay pueblo a la vista, y mucho menos un restaurante, así que cenamos en el coche.