Foilsithe: 29.11.2018
Al llegar al hostel en Tulum, conocí a algunas personas por la noche, durante las Caipirinhas gratis de 7 a 8 ;).
Todo terminó en que queríamos ir a una fiesta en la playa. Después de que la mayoría ya se había ido, seguí con una chica de Holanda en un taxi, pero tuvimos que darnos cuenta de que la fiesta ya había terminado, y así tuvimos que caminar a lo largo de la playa para llegar a otra. En otra barra, nos dijeron que la única bar todavía abierta estaba a 2 km de distancia, pero pudimos ir con una pareja en su auto. Sin embargo, la barra resultó ser más una decepción, y pronto regresamos al hostel.
Al día siguiente fui con Ela de Alemania, quien trabajaba como voluntaria en el hostel, a las ruinas de Tulum, que no parecían tan especiales después de las varias ruinas que ya había visto. Así que pasamos el resto del día en la playa.
Una pequeña gata que encontramos endulzó nuestra noche, aunque aún no estaba claro qué haríamos con ella, pero después de muchas discusiones, nos aseguraron que se cuidaría bien de ella y no sería sacrificada como se había dicho inicialmente.
Más tarde en la noche, fuimos a Tulum a 2 bares, que tampoco fueron tan buenos, aún así todos estábamos un poco cansados al día siguiente, por lo que todos preferimos un día más tranquilo en el hostel. Esa noche, decidí no ir a la fiesta (gracias a Dios), porque probablemente era la única que estaba un poco descansada para la mañana. Así que tomé el autobús hacia Bacalar al mediodía, con la decisión de que ya había tenido suficiente de fiestas.