Temprano a las 5 de la mañana suena el despertador y nos dirigimos al aeropuerto de Quito, ya que el vuelo sale a las 9. Después de un pequeño retraso, el avión despega rumbo a las Islas Galápagos. Tras una breve escala en Guayaquil, aterrizamos alrededor del mediodía en San Cristóbal, una de las islas habitadas de Galápagos. Por cierto, la hora se retrasa una hora más. Caminamos hacia nuestro alojamiento y exploramos un poco la isla por nuestra cuenta. En el puerto se pueden ver leones marinos y iguanas por todas partes, que permanecen allí sin ser molestados, lo cual se extiende a toda la isla.