Publicat: 29.11.2019
El lunes 25 de noviembre tuve mi segundo día en Calgary. Según la previsión del tiempo, sería mi día más cálido y el que tendría más horas de sol, por lo que quería aprovecharlo. Ya había explorado el centro de la ciudad el día anterior, así que ese día me dirigí al noreste.
Primero caminé un poco junto al agua. El puente George C. King me llevó a la isla de St. Patrick. Desde allí tenía una hermosa vista del horizonte de Calgary. Los ríos Elbow y Bow se encuentran aquí, lo que hace que el agua sea muy dinámica y el paisaje cambie. Sin embargo, en invierno el nivel del agua es muy bajo.
Después de la isla, caminé hacia el barrio más antiguo de Calgary: Inglewood. Este área está marcada por muchas pequeñas boutiques y restaurantes. Uno podría pensar que está en un pueblo pequeño y no en la cuarta ciudad más grande de Canadá....
Al llegar al barrio de Fort Calgary, fundado por la Policía Montada del Noroeste, se puede aprender mucho sobre la historia de Calgary. Desafortunadamente, gran parte de los caminos peatonales estaban cerrados por renovación, así que no pude ver los paneles informativos.
El punto culminante de este día llegó al final: la Torre de Calgary. La torre de observación de 190 metros de altura es uno de los iconos de la ciudad y se ubica en pleno centro. Al llegar a la cima, se tiene una vista de toda la ciudad. Como hacía buen tiempo, incluso pude ver las Montañas Rocosas cubiertas de nieve.