Finalmente a relajarse

Publicat: 30.10.2017

Después de nuestro delicioso desayuno, después de pensarlo mucho, decidimos pasar un día en la piscina del hotel. Leer, nadar y tomar el sol, como dice tan bien el suizo.

Por la tarde, tomamos el metro hacia el Creek (río), donde pequeñas embarcaciones navegan de un lado a otro, por menos de 1CHF por persona. Perfecto, el sol se está poniendo y tiñe todas las casas de un rojo mágico. Un paisaje impresionante, entre el ruido de los motores de los botes y el olor a pescado del creek. Al otro lado, estamos en 'Little India'. Quiero comprar un pañuelo para la próxima excursión a la mezquita. Desafortunadamente, todos los vendedores son muy insistentes, me llaman Shakira o tocan a Kay, lo cual no nos atrae a las tiendas, aunque me hubiera gustado pasear un poco entre los hermosamente bordados pañuelos.

Continuamos con el metro hacia el famoso 'The Walk'. No me informé mucho al respecto, aparentemente por la noche pasan los jeques con sus autos de lujo... GAAAAAAHN para mí, WOOOW para Kay.

Así que, en 'The Walk' no pasa ninguna carretera, solo un río con yates y una zona peatonal... No sé si estamos en 'The Walk' incorrecto. Aún así, nos gusta con los rascacielos de formas especiales y las palmeras iluminadas. Ya medio hambrientos, buscamos un restaurante. Riquísima comida árabe... para mí, ya que Kay se mantiene fiel a su pasta.

Queremos seguir hacia Marina Beach y al mar, y a pesar de GoogleMaps, nuevamente nos perdemos. ¡Créeme, con este calor no es gracioso! Después de interminables 20 minutos por la carretera, entre diversas obras, llegamos a un paseo marítimo con tiendas de diseño. Continuamos paseando por la colorida calle y tras otros 10 minutos, mucho más agradables, llegamos a la playa. Tiendas de playa por todas partes. ¡Exactamente mi estilo! Lo que más me divierte es el vendedor de helados turco. Bromea con sus clientes, les da cucuruchos vacíos, casi deja caer el helado o les frota en la nariz. Fue una noche realmente hermosa.

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