Publicat: 02.09.2018
A continuación, la ciudad de Kandy estaba en nuestra ruta, ubicada a 500m, ya pertenece a la 'Hill country' de Sri Lanka. La historia de Kandy se caracteriza principalmente por haberse resistido a todas las dominaciones coloniales, excepto a los británicos. Hoy en día, es sobre todo un lugar de peregrinación para budistas, ya que en un templo se conserva un diente del primer Buda.
Quizás fue porque Sri Lanka nos había mimado con su belleza las últimas dos semanas, pero Kandy resultó ser más agotador que cualquier otra cosa. Caótica, ruidosa, llena y con pocos lugares para relajarse. Además, las opciones de comida eran muy insípidas y tuvimos que extender nuestra estancia de 3 a 4 noches para conseguir un billete de tren para la siguiente parada. En general, la energía se sentía un poco ausente. Así que pasamos tres días muy perezosos en Kandy, decidimos no gastar 15€ en visitar el templo, aceptamos no ver la urna con el supuesto diente y tratamos de pasar el tiempo en cafés. Un rayo de luz fue, sin duda, una pequeña heladería, donde había (también vegana) Fried Ice Cream (helado que se hace fresco en una plancha fría) y también fue curioso el 'Soya Center', donde además de helados blandos también hay wraps de soja, que están rellenos de trozos de soja, que se utilizan aquí con frecuencia en currys o platos de verduras.
Aja y Mathias finalmente pudieron despedirse de su lana en la cabeza.
Pero estamos muy bien, esos pequeños bajones son simplemente parte de la rutina de viaje :)