Publicat: 19.06.2017
La soledad del paisaje entre Ica y Nazca era fascinante. En esta área, casi nunca llueve y tampoco hay neblina garúa que aporte humedad. Sin embargo, en el camino pasamos por el valle del Río Grande, que es un centro de cultivo de mandarinas y naranjas. Al llegar a Nazca, las líneas de Nazca en la Pampa Colorada nos esperaban. Como no quería volar sobre las líneas, solo pude ver dos de ellas desde el mirador, pero eso también fue impresionante. Las conocidas figuras grabadas cubren una superficie de 350 kilómetros cuadrados.
Por la tarde, fuimos en un buggy a las cercanas ruinas de 'Cahuachi'. Se trata del mayor centro ceremonial del mundo construido con adobe, surgido de la cultura indígena nazca. El nombre 'La Ciudad de los Videntes' ya revela que aquí han vivido y se han formado muchos chamanes. También, esta ruina sirvió como un gigantesco reservorio de agua para la gente. Durante esta excursión, también experimenté mi primer inconveniente desde que estoy de viaje. Apenas logramos llegar a las ruinas. Afortunadamente, el buggy funcionó en el camino de regreso, permitiéndonos avanzar lentamente hacia el hostel. Con una aterrizaje preciso, llegamos al autobús que nos llevará en las próximas diez horas - durante la noche - a Arequipa. Esta fue la distancia más larga que tuvimos que recorrer en este viaje.