Publicat: 17.02.2023
Un día en el mar ya ha pasado. No ocurrió nada espectacular. Se tuvo mucho tiempo para comer, relajarse y hacer deporte. Hemos recorrido 941 km de Doha a Muscat.
Hoy entramos en el puerto del místico Muscat alrededor de las 7:00 horas. La sede del sultán de Omán desde 1808. Ya la vista desde la cabina promete impresiones fascinantes. Para variar, no hay un horizonte lleno de rascacielos, sino más bien de majestuosas montañas. Se podría decir: el Gran Cañón de Omán. Muscat es una capital muy extensa que se desarrolla 50 km a lo largo de la costa. Entre la arquitectura moderna, asentamientos de un blanco floreciente y magníficas mezquitas, siempre se puede redescubrir la historia de Muscat. El día anterior escuché una charla sobre este destino portuario, ya que hoy no tengo intención de bajar del barco. Porque eso lo hará todo el mundo, o casi todos. ¿Y qué significa eso para mí? Exactamente, un barco vacío que me pertenece solo a mí. Una tumbona en el lugar de mi elección, sin largas esperas en el bar y sin aglomeraciones durante el almuerzo. Todo cosas que uno debe aprovechar en un viaje así. La próxima vez bajaré a tierra. Prometido.
La salida alrededor de las 17:00 horas también es maravillosa de ver.
El programa de la noche ofrece hoy 'La Voz del Océano'. Muy entretenido.