Publicat: 22.03.2017
Después de la Península de Coromandel, nos dirigimos a Tauranga, donde nos quedamos 4 noches porque nos encantó. Los primeros dos días decidimos tomárnoslo con calma y, aparte de hacer algunas compras, comer pizza y planear nuestras próximas paradas, no hicimos mucho más. El martes por la noche subimos al Monte Manganui y desde allí pudimos admirar la puesta de sol con vistas al hermoso pueblo, antes de ir a cenar fuera por primera vez en mucho tiempo. (¡Oferta especial! :P)
Después de la primera admiración y celebración (se supone que hay que hacer muchos sonidos y mostrar alegría, porque los delfines son muy curiosos), ¡incluso tuvimos la oportunidad de entrar al agua con ellos! *-* El proceso funcionaba así: 4 personas al mismo tiempo - equipadas con traje de neopreno, gafas de buceo y snorkel - se sostenían en un lado del barco y eran arrastradas mientras los delfines nadaban a su lado, debajo, delante y detrás. Además, había que cantar o hacer sonidos, lo que hacía que los delfines nadaran muy cerca de nosotros. Nos hubiera encantado nunca salir del agua, pero después de un tiempo tuvimos que seguir avanzando.
Por suerte, después pudimos hacer snorkel en una bahía, donde incluso estuvimos cara a cara con una foca. Además, vimos un trozo de pulpo que se escondía entre las plantas, y muchos erizos de mar, peces y hermosas conchas. También logramos ver la aleta de un tiburón, aunque ya estábamos de nuevo en el barco, no se preocupen ;). Después de un agradable y soleado paseo en barco de regreso, llegamos - tras unas 9 horas en el agua - un poco tambaleantes, pero aún más felices, de nuevo a tierra firme.
El jueves continuamos, esta vez hacia Rotorua. Aquí hay muchas actividades volcánicas y fuentes termales que, por supuesto, debíamos explorar más a fondo. Por eso, nuestra primera parada fue Hells Gate. Allí pudimos admirar muchos lagos de azufre a temperaturas de hasta 142 grados, y por todas partes salía vapor y burbujeaba.
Además, aprendimos una técnica de tallado de los maoríes y tuvimos la oportunidad de intentarlo nosotros mismos... bueno, ningún maestro se hizo de la noche a la mañana ;).