Publicat: 17.05.2023
Hoy pudimos experimentar cuán variado puede ser el clima y las temperaturas aquí en la 'Ciudad de los Vientos'. Ayer, un hermoso calor bajo un cielo soleado. Hoy, aunque también hay un cielo soleado y azul, un viento realmente frío sopla sobre el Lago Michigan y presiona la temperatura hacia abajo a través de las calles dispuestas en un patrón de tablero de ajedrez. En el sol se está medio bien, pero ay de uno cuando entra en áreas sombreadas, entonces se vuelve incómodo.
No obstante, por supuesto, nos ha atraído salir y, 'abrigados' hemos caminado hacia el centro de Chicago y hemos tomado el Riverwalk en dirección contraria. El objetivo era el Millenium Park. En el camino, los habitantes de Chicago nos han dejado asombrados en numerosas ocasiones. Vestidos con finísima ropa de verano, como tops cortos, pantalones cortos, camisetas, descalzos y solo con chanclas, tenemos la impresión de que de algún modo somos los 'perezosos del calor' aquí. Sin embargo, los turistas identificables no dejan lugar a dudas de que no somos los únicos a los que el viento frío afecta.
Pero no estamos aquí para quejarnos del clima. También queremos descubrir algo más hoy, en el otro lado de la ciudad.
El camino sigue junto al río en dirección al puerto deportivo, hacia el Millenium Park, que está bellamente diseñado y nos recuerda al Central Park de Nueva York. Aquí hay una gran sala de conciertos al aire libre con una correspondientemente gran área de césped para los visitantes.
En nuestro camino, llegamos a la 'Cloud Gate'. Una gran 'haba' de metal brillante y reflectante. Está claro que nos atrae, incluso si ya hay 'toneladas de gente' que tienen el mismo objetivo que nosotros. Con un poco de paciencia, también conseguimos algo de espacio para fotografiar. En cuanto los grupos escolares o grupos de excursión similares se han desvanecido, solo quedan un par de 'Insta-bitches' (esta vez no nos referimos a nosotros).
Los pobres amigos tienen que hacer foto tras foto, para que 'la belleza' pueda presentarse bien. A veces el pie hacia adelante, a veces con el torso un poco extendido hacia atrás, a veces sentados, a veces de pie y, si se presenta la ocasión, cambiando rápidamente de zapatos, de manera que se tienen diferentes posibilidades para actuar ... (eh, ¿qué es este disparate ...)
Nosotros también actuamos un poco (porque también tenemos una reputación que perder ... :-)) y jugamos con los efectos de espejo.
Después, descubrimos una instalación de agua (Crown Fountain) hecha de bloques de vidrio, de los cuales emerge, con efectos de color, un rostro sobredimensionado, del cual de vez en cuando surge un chorro de agua por la boca.
Quien hasta ahora no ha visto suficiente agua, puede caminar un poco más hasta la fuente de Buckingham. Creo que el Palacio de Buckingham en Londres no tiene una fuente tan grande e imponente. Muchos motivos diferentes echan agua y ofrecen una bonita vista.
En el camino de regreso a la ciudad, aún descubrimos el cartel de inicio de la Ruta 66, que hemos recorrido tantas veces. 'Rockeros' de edad avanzada posan aquí con las motocicletas y toman fotos sin fin. Así que aquí está el comienzo; conocemos el final de la legendaria y casi 4000 km de largo camino en el muelle de Santa Mónica en Los Ángeles, donde ya hemos estado.
El cartel aquí en Chicago solía estar un poco más bajo en el poste de luces. Sin embargo, eso llevó a que cualquiera pudiera pegarle una etiqueta al cartel y al final no se podía reconocer nada.
Dado que el clima no se volvió realmente más cálido, decidimos regresar al hotel. Allí el viento frío del Lago Michigan no puede alcanzarnos ...