Publicat: 08.08.2020
El gran viaje comenzó de manera relajada con idílicas paradas en
Austria y Eslovenia. En Croacia tenemos diez días para llegar a nuestro ritmo. No podría haber un lugar más hermoso: la isla Šolta se encuentra frente a Split y ya en el trayecto en ferry se notó lo verde y fértil que parecía en comparación con la árida y rocosa costa: olivos, pinos y lavanda nos dieron la bienvenida con ese olor característico de vacaciones - el diésel del ferry seguramente también contribuyó a ello.
A través de serpentinas con impresionantes vistas al mar llegamos a nuestro apartamento vacacional en el pequeño pueblo de Stamorska: la playa se encuentra a 150m directamente accesible por una escalera y las escarpadas rocas no están lejos, desde donde podemos disfrutar de fantásticos amaneceres. Así comenzamos los días ya antes del desayuno con un salto en las aguas turquesas cristalinas.
En la isla descubrimos pequeños lugares idílicos con bonitos viejos edificios de piedra caliza natural. En el pueblo central de Grohote hay frutas y verduras frescas de la región en el mercado por la mañana, así como pescado y mariscos directamente de los pescadores.
Lejos de los lugares, caminos sin asfaltar nos llevan a pequeñas calas con playas escondidas y acantilados perfectos para los mejores saltos y clavados internacionales.
Realizamos algunas excursiones de un día a Split y Šibenik, con calles majestuosas y impresionantes cascos antiguos, donde podemos curiosear en pequeñas tiendas y, en la tienda de dulces, los niños también se sienten como en el paraíso. Cargados con grandes bolsas llenas de golosinas, la caja nos recuerda que el paraíso para turistas como nosotros, por supuesto, tiene su precio especial.
De vuelta en la isla, paseamos por las noches por el pequeño puerto de nuestro pueblo, donde un puñado de restaurantes ofrece pescado fresco. Nuestra habilidad para desmenuzar mariscos ha mejorado notablemente en estos días, gracias, entre otras cosas, al tutorial de Youtube bajo la mesa del restaurante, que nos salvó al ver las enormes langostas sin pelar en la pasta. ¡
Después de que nuestra arrendadora Vanja (73) me enseñara la primera noche cómo limpiar el pescado que compramos en el mercado, ya puedo escamar, eviscerar y asar en la parrilla con el aceite de oliva prensado en frío en la cocina del jardín, la dorada el penúltimo día. Su sabia frase: 'El pescado nada mejor primero en agua salada, luego en aceite de oliva y luego en buen vino' la tomamos con gusto a corazón!