Publicat: 07.01.2017
Ha: esta mañana, dos tercios del ave temprana (y así) partieron cansados y motivados (bueno, motivados 'más o menos' y 'más o menos' gracias al café...) hacia la excursión planificada al Pinnacle. El otro tercio pudo disfrutar del ave 'una vez' y se quedó durmiendo.
A las 8 ya hacía más calor de lo esperado y comenzamos desde el aparcamiento Sundial hacia la caminata de 4,4 km a través de mucho bosque 🌳 y muchas rocas - en partes un poco de escalada, en partes una caminata muy cómoda. El camino valió totalmente la pena (aunque había personas que ya estaban de regreso cuando apenas habíamos recorrido el primer kilómetro - en ese momento el ave estaba muy satisfecha) y nos recompensaron con una vista espectacular sobre el valle.
De regreso a las diez y media, primero tuvimos un desayuno muy bien cuidado y planificamos el transcurso del día. De manera unánime, nos dirigimos al Mirador Boroka, al Mirador Reed y, al final, a las Cataratas McKenzie.
Para entonces hacía aproximadamente 38 grados y las cascadas nos atraían mágicamente. Como es habitual con las cascadas, uno tiene que caminar hacia arriba o hacia abajo. En nuestro caso, hacia abajo, primero de manera agradable por un sendero establecido, luego entre algunas escaleras de roca, luego muchas escaleras de roca y después escaleras de roca muy empinadas y estrechas. Cada maldita escalera valió la pena y al llegar abajo había una hermosa cascada con un flujo lento, de modo que uno podía sentarse cómodamente en la orilla y meter los pies en el agua. No queríamos irnos, pero no había más remedio y eventualmente comenzamos a marchar de nuevo. ¿Ya mencioné las escaleras y lo estrechas y empinadas que eran? De hecho, estaban todavía así al subir y dos tercios (una configuración diferente a la de esta mañana) se escabulleron de regreso por el camino. Ah, y seguían haciendo 38 grados. A mitad de camino, pensé brevemente en lo descabellado que era, en este calor, caminar hacia algún lado. Al llegar arriba, ese pensamiento desapareció (raro...) y todos sonreíamos porque 'allí abajo' era realmente hermoso.
Esta noche canguro para la cena (para los dos tercios de esta mañana): ¡delicioso! Hay que desconectar un poco de lo adorables que saltaban delante de nosotros esta mañana y de lo bonito que fue verlos en la hierba al volver a casa.
En la zona de los koalas hay marea baja: emús, canguros, jirafas... ¡pero ni un solo koala! Lo hacen intencionadamente... igual que Uschi, que ha estado de nuevo haciendo de las suyas hoy - mañana aquellos de Hertz tendrán un buen rato con mi devolución del coche de alquiler...