Casi logramos ver la 'Gran Mezquita'. Tras la inspección del ejército de terracota y sus guerreros, nos recuperamos un poco de las penurias y decidimos ir una vez más a la 'Gran Mezquita'. Esta vez sabíamos en qué lugares no debíamos entrar, así que estaba claro que teníamos que encontrar un camino a través del laberinto de calles.
En resumen, llegamos un poco tarde y decidimos comer algo a medio camino antes de que se hiciera demasiado tarde. En un puesto de jugos de fruta, entramos en un local y pedimos una vez más algunas deliciosas brochetas y arroz.
Después continuamos pasando por orfebres de plata, cascanueces y 'marcas de reemplazo chinas'. Era poco antes de las siete y finalmente encontramos el lugar tan buscado.