Publicat: 06.07.2018
Esta mañana, excepcionalmente, no tomamos un taxi y caminamos hasta la estación de tren en Rangún. Allí compramos tres billetes de tren para el Circular Train, que equivalen a unos 36 centavos. Este tren da la vuelta a la ciudad en 3 horas y para 38 veces. Poco después de comprar los billetes, el tren ya había llegado. Con una velocidad algo más rápida que la de un paso, nos desplazamos a través de varios barrios de Rangún. Lo realmente emocionante de este tren era la vida dentro del mismo. Aquí se clasificaban verduras, se vendía comida y se transportaba todo lo que se podía meter en un tren. Compramos algo de comida en el camino a una de las muchas vendedoras (omelet con repollo). Después de tres horas, ya estábamos más que listos, bajamos en el punto de inicio y caminamos hacia un mercado cerca de la estación. Allí, Jan y Markus se compraron las típicas faldas que todos los hombres llevan aquí. Después del mercado, fuimos a un centro comercial a almorzar, donde disfruté de un curry tailandés por primera vez en mucho tiempo. Desde allí, regresamos al hostal, ya que teníamos que viajar más de una hora en taxi hasta la terminal de autobuses. Allí tomamos un autobús nocturno hacia Kalaw. La ventaja del autobús nocturno es que nos ahorramos una noche de alojamiento y no perdemos un día. Poco a poco, el tiempo hasta que vuele a Taiwán se va acortando. El viaje fue muy movido, pero pudimos dormir un par de horas.