Publicat: 08.01.2017
Siguiendo el consejo de nuestra anfitriona suplente Eunice, ayer nos dirigimos al Sylvia Park, un gran centro comercial en el barrio de Mount Wellington. Allí queríamos conseguir una tarjeta SIM neozelandesa, abrir una cuenta bancaria y finalmente hacer la compra en un supermercado que ofreciera mejores precios y calidad que el anterior.
Para nuestra sorpresa, este centro comercial era enorme y tenía una gran variedad de tiendas.
Sin embargo, nuestro plan de abrir una cuenta bancaria fracasó rápidamente, ya que nos faltaba un 'proof of address', que demuestra una residencia fija en Nueva Zelanda. Como nuestra anfitriona Jann no estaba presente, pospondremos esto para Christchurch, donde volaremos mañana. El resto transcurrió sin problemas, por lo que aún teníamos algo de tiempo para visitar el cercano Parque Regional Hamlins Hill.
El camino al parque ya era algo extraño, ya que caminamos por un camino desierto justo al lado de la carretera. Entre arbustos y matorrales encontramos un pequeño camino que, según el GPS, debería ser la entrada del parque. Cuando llegamos a una puerta con el letrero 'Poison laid' y otras reglas de conducta, dudamos un momento. Pero con la certeza de que los sandflies son los únicos animales molestos en Nueva Zelanda, nos adentramos.
Una vez más, éramos las únicas personas en este 'parque', que sin embargo no cumplía del todo con lo que esperábamos. Con un poco de inquietud, seguimos el sendero que conducía entre las plantas y árboles hacia la montaña. Al llegar a la cima, encontramos a un kiwi (nombre para los habitantes de Nueva Zelanda), que al principio nos pareció algo sospechoso como la única persona en este parque. Cuando este camino terminó y ya estábamos a punto de regresar, nos sugirió que podíamos caminar a un mirador en la montaña a través de otra puerta que daba a un campo de vacas. Siguiendo ese consejo, llegamos poco después a la cima. Nos sentamos en un banco y disfrutamos de la tranquilidad y el clima cálido, ya que la vista del área industrial era moderada.
Al volver a casa, notamos que, a pesar del clima nublado, habíamos conseguido un buen bronceado en la cara.
Sin embargo, una noticia agradable de la noche fue la confirmación firme de nuestra familia Wwoofer, lo que nos permitió utilizar el día de hoy para Planear más.