eine Familie quer durch Israel
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Medio maratón por Jerusalén

Publicat: 02.11.2019

Hoy los pies arden como en tiempos de Abraham (y él solo piensa: 'ridícula su par de kilómetros')

A pie vamos al museo.
Por un lado, sería raro conducir un coche, donde no hay nadie más en la carretera, y por otro lado... ¿qué son ya dos kilómetros?
Quien aún no cree del todo en eso de 'sin coches':


Para una gran ciudad con 1.5 millones de habitantes, es bastante desolador, ¿no?



Al llegar al Museo de Israel, hubo controles de acceso, nadie cuestionó el origen de Kenan y rápidamente cada uno de nosotros estuvo en el complejo de edificios que más le interesaba. Para mí, fue la arqueología:



Esta es una típica tumba de esos tiempos. El cuerpo se colocaba primero en la fosa, hasta que solo quedaban huesos, luego estos se colocaban en esta pequeña caja del tesoro. Hoy en día, probablemente se llamaría simplemente urna (bueno, pero a mí nunca me preguntan).


Aquí se ve una copia del documento en el que se menciona a Israel por primera vez en 1200 a.C. y debajo una unobtrusive pieza de piedra, que es la única evidencia en esta tierra que demuestra que el Rey David realmente tuvo que haber existido (se escribe algo como 'sí, capturamos a los israelíes, están con el Rey xy actualmente, que es un descendiente de Rey David').



Una de las, lo llamo, cosas más interesantes (aunque, por supuesto, hay muchas más cosas) son los rollos de Qumrán.
No pasaron dos horas desde que Israel firmó la independencia cuando los rollos fueron descubiertos en una cueva en 1947.
El hecho de que en uno de los pasajes de la Torá, el libro de Isaías sea el único completamente preservado y que además narre con detalle qué partes de Israel se prometieron a los judíos, podría considerarse una coincidencia - aunque no necesariamente ;).



Aquí se dice Salam en lugar de Shalom!

Después de otros cuatro kilómetros hasta la ciudad vieja en el barrio árabe (porque ya había hambre), logramos atravesar un mercado lleno de gente. El sábado estaba llegando a su fin y se empezaba a llenar.
Después de que Astrid casi recibe un golpe de un árabe al despedirse con un Shalom y él insistió en Salam (por alguna razón, después me vendió una bolsa con la inscripción 'Shalom'), hoy caminamos más cubiertos por el barrio con el objetivo: Falafel y Shavarma, y estamos contentos.

Mi aplicación de fitness en el móvil ya ha mostrado durante cinco kilómetros: 'Has alcanzado tu límite diario' y llegamos exhaustos al hotel.
Kenan parece aún tener energía y se ha ido a una sala de escalada, mientras que el resto se informa para mañana o recupera el consumo de internet perdido con los beduinos ;).

Mañana vamos al Monte del Templo, a la Ciudad de David y veamos qué más tiene preparado Michael :)
Los últimos días están llegando, pero de alguna manera no es tan malo, porque después de la cucaracha de ayer en la ducha, no volveré a tomar una hasta Alemania (mmmh delicioso, delicioso).



Es difícil encontrar un país en esta tierra donde se puedan vivir tantas experiencias en solo 400 km - esto podría continuar para siempre :D.




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