Publicat: 02.11.2021
Después de la noche de ayer, hoy comenzamos el día un poco más tarde de lo habitual.
Primero nos dirigimos a Micenas para visitar las ruinas milenarias del palacio de Agamemnón.
Desde allí, viajamos a Epidauro. Aquí, en la antigua Grecia, se veneraba al dios de la medicina Asclepios. El escaso instrumental médico histórico hizo latir más rápido mi corazón de médico, aunque las prácticas de sanación descritas de aquella época provocaron más bien una sonrisa.
Realmente impresionante fue el antiguo teatro de 2300 años, muy bien conservado, donde todavía se celebran eventos hoy en día. La actuación musical de un pequeño niño nos dejó entrever la fantástica acústica que se puede esperar aquí.