Publicat: 03.03.2019
Hoy fue el gran día: el viaje continuó y me llevó directamente a la Gran Manzana.
Para finalizar, fuimos a Eggspectation a disfrutar de un delicioso desayuno antes de dirigirme prácticamente directo al aeropuerto.
Dado que la inmigración ya se lleva a cabo en Canadá cuando viajas desde aquí a los EE.UU., tenía que estar en el aeropuerto un poco más temprano. Afortunadamente, no había mucha gente, así que pasé rápido. Sin embargo, tuve que ir directamente a la oficina de aduanas porque el terminal para el procesamiento electrónico se había colgado y faltaban la mitad de mis datos...
En este punto, también encaja mi acción innecesaria de control de aduanas del vuelo de ida, que olvidé compartir con ustedes en mi primer post.
Desorganizado como a veces puedo ser, había llevado pequeños snacks de salami para el viaje. Y, por supuesto, no los había terminado durante el trayecto. Al hacer la declaración de aduanas, eso me vino a la mente y recordé que no podía introducirlos... El amable neoyorquino a mi lado me sugirió que sería mejor declararlos...
Henni y Micha (cuando finalmente tuve Wi-Fi) no sabían si preocuparse o si simplemente reírse a carcajadas.
Por suerte, el agente de aduanas optó por la risa, me preguntó si estaba tratando de burlarlo y me explicó amablemente que ese tipo de cosas debería dejarlas en casa la próxima vez. Y entonces pude seguir mi camino rápidamente...
Al llegar a Nueva York, todo fue rápido, ya que ya había pasado por aduanas y demás. Desafortunadamente, durante la aproximación no pude ver nada de la ciudad, ya que aterrizamos bajo una lluvia de nieve... Como resultado, me veía bastante desarreglado después de una caminata de 600 m desde el metro hasta el hotel...
Hice un rápido check-in, ocupé mi diminuto cuarto, pero hey, a cambio estoy en medio de Manhattan a un precio asequible, así que acepto que el alojamiento se parezca a una celda de prisión.
Ahora estoy dejando que la noche transcurra tranquilamente en un bar a la vuelta de la esquina con un delicioso y, sobre todo, fuerte cóctel mientras planeo mi día de mañana.
Pequeña nota al margen: Los sorbetes de papel pueden ser más amigables con el medio ambiente que los de plástico, pero son realmente desagradables... Tan rápido como se empapan, no se puede beber el trago...