Publicat: 04.12.2016
En el camino de Mostar a Neum hicimos una parada en Blagaj para visitar la Casa de los Derwishes.
Al lado de una cueva atravesada por agua donde (a 200 metros de profundidad) se encuentra la fuente del río 'Buna', el sultán turco construyó en el siglo XVI un monasterio para una orden de derwishes.
Esto sirvió - y aún sirve hoy en día - a los derwishes para practicar el 'Zikr', que significa alabar a Dios.
Cuando lo exploramos, al final de una escalera que lleva hacia arriba nos encontramos con una habitación que no se puede entrar, sino solo mirar dentro: dos ataúdes revestidos de terciopelo y alfombras se encuentran allí. Estos supuestamente albergan a Shaik Acik pasha y Sari-Saltu, dos derwishes de la orden sufí para la que se construyó la casa.
En 1952, se prohibió la orden, sin embargo, muchos derwishes todavía vienen a la casa para rezar y realizar rituales.
Personalmente (K), me sentí muy bien en este lugar. La casa tiene una atmósfera muy pacífica y 'pura', y la mujer en la entrada, que me ató el pañuelo, fue muy amable y cálida. Desafortunadamente, las granadas del otro lado de la Buna saben bastante ácidas, pero la idea de tener un granado en mi jardín todavía no me deja en paz. :D