Publicat: 19.01.2023
Descendimos por los Pirineos hacia Carcassonne. Este castillo había estado en mi lista de visitas durante años, pero no pensaba que lo conseguiría en invierno. Pero, ¿qué significa invierno en tiempos de la global desconfianza... sin nieve en las montañas y sol cálido en el valle.
Quien viaje al Centre ville de Carcassonne, no está ni mucho menos en la Citée - la imponente fortaleza que rodea por completo la ciudad medieval. Aquí también se aglomeraron, lucharon y reconciliaron todos los pueblos conocidos: romanos, godos, francos y sarracenos. Y luego, en los tiempos de Carlos Magno llegó el conde Bello, el ancestro de los Belloniden. No es que pudiera saber mucho sobre él; simplemente encontré divertido su nombre y me habría gustado ser la dama del castillo 'Bella'. En su lugar, tuve que reunir todo mi valor para arreglarme con dos bull terriers pasados de peso en nuestro Airbnb. Ciertamente la única raza que no parece ni tierna como cachorros... OK, antes de que me tarifen y plumee todos los amantes de los perros, admito que durante años estuve sujeto a un prejuicio. Los bull terriers son pacíficos y juguetones, y lo único contra lo que luchan es su fama (acabo de leerlo ,-).
Al día siguiente emprendimos un largo viaje desde los franceses del oeste hacia los del este, concretamente hacia mi buen amigo Jean Marc en el norte de Provenza. Me gusta estar en la casa escondida entre los alcornoques y disfrutar de la hospitalidad de Jean Marc. Esta vez había setas. A mediados de enero, juntos recogíamos hongos panecillo; con mucho ajo, una delicia.
Después de 2 noches, continuamos. Otra larga conducción a través de Grenobel, por el túnel du Frejus de 2 km (!!! definitivamente a evitar o soltar 50 EUR :-o(, pasando por Turín (recuerdos desagradables) hasta Moncrivello. Aquí teníamos una habitación realmente estupenda con un buen desayuno en un alto organizado perfectamente por Paola como parada intermedia (recomendación clara). El tiempo se presentaba sombrío y muy familiar. Mi ansia de senderismo fue ahogada por la niebla, y la siguiente etapa del día fue rodando hasta que cansados y sin poder sentarnos fuimos en busca de nieve en Südtirol. En nuestro querido Valle de Pusteria, encontramos lo que buscábamos.