Publicat: 05.11.2019
Alrededor de las 8 de la mañana, llegué a Barranquilla. Mis dos compañeros de viaje, Markus y Sebastian, ya me esperaban, ya que habían llegado una hora antes. Tomamos el autobús hacia la ciudad, que nos dio una primera impresión de la ciudad durante el viaje de una hora. En el camino, se subieron vendedores y cantantes que intentaron probar su suerte con nosotros. Un cantante convenció a Markus y le dio un poco de dinero. Al registrarnos en el hotel, esperábamos a nuestro último compañero de viaje, Steven, quien finalmente llegó unas horas más tarde tras un viaje lleno de aventuras.