Publicat: 22.11.2018
Volvemos a atravesar el bosque de Karri hacia Margaret River, donde tendremos 3 noches. Dado que nuestras distancias diarias al final del viaje no son tan largas, tenemos tiempo suficiente para hacer una parada en Beedelup Falls, una pequeña cascada en medio del denso bosque de eucaliptos Karri.
Nuestro próximo destino es el Cabo Leeuwin en Augusta, el punto más suroeste de Australia Occidental, con un destacado faro blanco.
En el Cabo también hacemos una pausa para el almuerzo entre flores silvestres y el mar.
Después de una pausa para fotos, conducimos los kilómetros restantes hacia el norte hasta Margaret River.
Este bullicioso pueblo de 4000 habitantes es el centro de la región vitivinícola local. Se ofrecen muchas, aunque nos parecen demasiado caras, excursiones de vino. Nosotros preferimos beber vino asequible del Bottleshop.
Nuestro “Margaret River Beach Resort” está a unos 8 km del centro, muy bien situado directamente en las dunas junto al mar.
Aquí tenemos un apartamento moderno y espacioso.
Después del café en nuestro balcón, damos un paseo a la playa cercana.
Cenamos en el restaurante de nuestro resort, aunque el menú no nos convence del todo. Es un error. Después de más de una hora de espera, Gisela y Günther reciben su comida al preguntar, la nuestra fue olvidada. Cuando finalmente llega, mis alitas de pollo están medio quemadas. Se me ha ido el apetito. ¡Toda la cena resulta un total fracaso!
Últimos días relajantes en el mar
21.11. y 22.11.2018
Nuestro viaje se acerca lentamente a su fin y nuestros últimos días en Downunder son más relajantes.
Partimos de nuestro alojamiento hacia el sur y el norte a lo largo de la costa hacia varias playas, cada una con su propio encanto.
En Hamelin Bay, una bahía suave con una playa de arena poco profunda, las mantas negras llegan hasta la orilla. Se pueden tocar fácilmente. Es simplemente una gran experiencia.
En otra playa, las olas chocan violentamente contra las rocas sumergidas en el agua. Podemos observar la espuma del agua que salta al aire.
Algunas playas también son verdaderos paraísos para surfistas. Observamos a los valientes surfistas que esperan la ola correcta para