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Siem Reap Etiqueta 4+5

Foilsithe: 09.11.2018

Levantarse a las 5:45 de la mañana en vacaciones ya es un horror, y luego viajar 8 horas en bus no mejora las cosas. Sin embargo, el destino de Camboya debería compensar todo. Pero vamos por partes. Como ducharse con ese clima está completamente sobrevalorado, nos arreglamos rápido, mochila al hombro, checamos y puntualmente a las 6:30 Maren pudo disfrutar de su cappuccino. Como la salida del bus era a las 7:45, en realidad teníamos tiempo suficiente. Pero como aparentemente ninguno de los taxistas quería llevarnos a la estación de buses, debido a que las calles estaban una vez más completamente saturadas, tuvimos que pedir un taxi por el hotel a las 6:50. "Viene en nueve minutos" claro, sí, entiendo. A las 7:25 abordamos el taxi, y como no estábamos seguros de poder tomar el bus, ya comenzamos a buscar un vuelo alternativo. Gracias al boleto impreso, llamé brevemente a la central de buses, que por error se encontraba en Camboya, la cual me transfirió al conductor del bus en Bangkok. El taxista y el conductor del bus se encargaron de resolverlo. Lo que sea que resolvieron, fuimos sin duda los últimos, pero aun así logramos subir. La regla asiática de +- media hora, pues. Teníamos un bus cómodo y un paquete de almuerzo incluido. Dado que la empresa de buses ofrece un procedimiento VIP en la frontera con Camboya, todo debería haber sido rápido allí. Fue bastante sencillo: el asistente de bus recolecta el pasaporte más 5 dólares extra (2.50$ para el asistente de viaje y 2.50$ para el oficial de la frontera. Eso es solo una suposición. Según Transparency International, Camboya ocupa el puesto 144 en cuanto a soborno y eso). Recoge, sella todo, regresa el pasaporte y todos cruzan la frontera. Listo. Lo malo es que la mitad del bus estaba compuesta por personas con la inteligencia de un pez dorado. Hay que reconocer que el tipo se mantuvo bastante calmado frente a todas las preguntas y desconfianza. Otros probablemente habrían simplemente disparado a nuestros compañeros de viaje y los habrían lanzado a los vastos campos de arroz entre Bangkok y Camboya. Quiero decir, es una gran empresa con la que viajamos y todo el procedimiento estaba impreso en los boletos de bus y podía leerse en internet. Bueno, gracias a los peces dorados y a los tacaños, cruzar la frontera nos tomó bastante retraso. Por cierto, gracias a que ahora Sri Lanka, Tailandia y Camboya están en una misma página de mi pasaporte. ¡No! A las 5 de la tarde llegamos a Siem Reap. El resto del día y el siguiente los pasamos bajo un espléndido clima sin ningún otro huésped en la piscina, y por la noche cenamos maravillosamente en la calle peatonal. ¡Un día de tranquilidad también está bien! ¡Salud!

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