Publicat: 26.01.2020
Ahora vamos definitivamente a grandes aventuras y Zappa ya pasa su primera prueba difícil en la Rhön, donde nos espera una buena tormenta de nieve. La primera de este año, pero no realmente bienvenida. Sin embargo, el pequeño coche se deja llevar cómodamente por las montañas y tras dos pausas reparadoras, pasamos la noche en el Jura francés.
El primer destino del viaje es Perpiñán, donde nos esperan dos mercados de pulgas. Estos tienen, al final, calidad de lugar de tiro de Brunswick. Adquiero ajo para todo el viaje de un marroquí sin dientes y naranjas de un joven. Él me identifica de inmediato como alemán y presume de sus conocimientos lingüísticos: “Gutten Tak, bitte, danke, eins-zwei-drei!” Eso es todo y eso que me cuenta que su esposa es de Colonia y que vive en Flensburg. Le pregunto por qué entonces vende naranjas en Perpiñán. Porque el clima aquí es mejor, dice, y señala al maravilloso sol. Tiene razón, los cálidos rayos hacen que a lo largo de la mañana las capas se vayan quitando y el plan de realizar una expedición al nevado Canigou se deja de lado en favor de las agradables temperaturas. Pero incluso aquí, en el extremo sur de Francia, es “invierno” y los puestos se desmontan puntualmente para la hora del almuerzo. Así que seguimos hacia el sur en busca del sol.